Medellín, abril 14 de 2010

Cuatro días ajustaron hoy los integrantes de la familia Trujillo Restrepo aplazando comerse la porción que encabeza el paquete de pan tajado integral que compraron el fin de semana pasado. “Ya nos hemos comido más de la mitad del paquete y ahí todavía está la tapa, pues, la primera tajadita”, declaró Ana María Restrepo, ama de casa de 42 años. Al observar el producto, este reportero de A-Pin contó nueve fracciones de pan, la primera de ellas una tajada delgada y lisa por un lado, diferente de las demás, que son uniformes en grosor y porosas por ambas caras. Sara Trujillo, de 17 años, explicó, mientras metía la mano derecha en la bolsa y levantaba la susodicha tajada con los dedos pulgar e índice: “Es que la tapita no sirve para hacer sánduches, además es como toda húmeda”. Su hermano Pablo Andrés, de 14, dijo que casi no come pan, y agregó: “Yo no sé quién se va a comer esa tajada”. Haciéndole un nudo al paquete, doña Ana puntualizó: “Ahora le hacen el quite, pero lo cierto es que así quede para lo último, cuando uno menos piensa desaparece”. (Informó A-Pin)