Medellín, junio 8 de 2010
Anoche, al profesor de literatura Francisco Peñuela le tocó leerle varias páginas de Raymond Carver a su hija de tres años. “La literatura de Carver es cruda y llena de conflictos, pero María me iba a hacer una pataleta y me tocó leérselo alivianando el lenguaje”, declaró Peñuela. Según él, su hija se acercó a su escritorio cuando revisaba algunos libros de autores norteamericanos: “Tenía de Carver, Bukowski y John Cheever ahí encima, y a ella le gustó la portada de “Tres Rosas Amarillas”, de Carver”. Milena Ruiz, su esposa, fue testigo del hecho: “Pacho intentó cambiárselo por uno de los Gnomos, pero ella quería que le leyeran ese y no le importó que no tuviera dibujitos”. Libro en mano, Peñuela explicó: “Hubo frases que le pude leer sin problema, como esta: ‘Tiene treinta y cinco años, lleva el pelo corto y se dedica a peinar y asear perros’. Pero otras sí me tocó cambiarlas mucho: por ejemplo ‘Su primer marido secuestró a sus dos hijos y se los llevó a vivir a Australia’, la cambié por ‘Un amigo suyo, un día se fue de paseo con sus dos hijitos al país de los canguros: Australia’”. (Informó A-Pin)
Es un reto para un padre tener que cambiar una historia a un hijo mientras le lee … que bien !!
EN 3 PALABRAS: un interesante blog.
EN 1 FRASE: te invito al mío.
Qué padre tan puritano. Ya veré a la niña echando mano de Bukowski para escándalo general de la familia. CENSURA.
A esa niña le hace falta rejo, que altanera… y manipulando con pataletas, hay que enseñarle que cuando los papás dicen gnomos, es gnomos y cuando le digan coelho, es coelho, sin reproches.
Me imagino la nena toda atenta !!!
¿cómo el papá deja a la mano esas joyitas? ¿que tal esta noche se le antoje a la hijita que le lean a Bukowski? Ahí va a estar mas difícil la improvisada. Sin embargo, me le quito el sombreo al Señor.
Saludos A-pin.
Que buen papa