Mientras su padre observaba el segundo tiempo del partido de fútbol entre España y Suiza por la Copa Mundial, la niña María José Fernández vació casi todo el contenido de un puff en el piso de su habitación. Gonzalo, su padre, relató que poco antes de finalizar el encuentro su hija entró un par de segundos al «cuarto del televisor», y él notó que la pequeña tenía «un par de bolitas de icopor* en el pelo»: «No le presté mucha atención, pero apenas se acabó el juego fui a saludarla y a ofrecerle algo de tomar, y la encontré jugando en medio de ese desastre», aseguró. El propio Fernández cuenta que resolvió el asunto si perder la calma: «Traje dos recogedores de basura y dos escobas y le pedí que volviera a meter todo ese icopor en el puff. Obviamente yo hice casi todo el trabajo, y al final entre los dos usamos la aspiradora para recoger la bolitas dispersas», aseguró el hombre, quien aclaró que a la niña le quedó «terminantemente prohibido» volver a abrir el cierre del flácido mueble. (Informó: A-Pin)

*Icopor: nombre con el que se le conoce en Colombia al poliestireno expandido: material derivado del poliestireno que se descompone en bolitas blancas, y que tiene un nombre distinto en cada país, generalmente ligado a su marca comercial: en Argentina, telgopor, en Chile plumavit o aislapol, en Costa Rica estereofón, tecnopor en Perú, duroport en Guatemala, unicel y hielo seco en México, espumaplast en Uruguay, espumaflex en Ecuador, anime en Venezuela, corcho en España, y en otros países porespán, porexpán, poliexpán o corcho blanco. No es biodegradable, y algunas legislaciones prohiben su uso debido a su nefasto impacto ecológico, y a que algunos animales despistados confunden las bolitas con comida.