Guarne, Antioquia, julio 21 de 2010

Mientras dos de sus tías hablaban de política en un corredor de la casa finca, el niño Julián Mejía descubrió, en un bajorrelieve del piso de cemento, la silueta de una gallina. El hecho, que fue soslayado por ambas mujeres, cobró relevancia cuando la madre del menor, Berta Flórez, creyó ver en ella la clara estampa de “La Roja”, una gallina que días atrás había ocasionado una discusión familiar: “Es que el niño se había encariñado con una gallina colorada que mi marido trajo en mayo, pero a mis hermanas se les metió que que había que matarla, sabiendo que había otras en el corral”, se quejó Bertha, para quien la aparición demuestra que el ave “no murió cuando le tocaba”: “Es que no era pa’ haberla matado sino pa’ dejarla de ponedora, pero ellas son testarudas”, añadió. Patricia Hernández, una de las acusadas, declaró: “¡Qué tal que uno se enamorara de cuanto bicho llega a la finca! Esa era la gallina más gorda y éramos como nueve pa’l sancocho”. “¡Y usté deje de ver bobadas en el piso! No se ha aparecido mi papá, se va a parecer ahora una clueca…”, le dijo finalmente a doña Bertha. (Informó: A-Pin)