Medellín-Bogotá, julio 6 de 2010

Esta mañana, durante un vuelo entre Bogotá y Medellín, al comerciante Javier Aicardi le llamaron la atención de manera repetida tras incumplir con algunas recomendaciones de la aerolínea Aires y su personal. Una pasajera que estuvo sentada cerca de él le contó a este diario: “Antes de despegar le pidieron que no se sentara en los brazos de la silla del corredor, luego le tuvieron que decir que se abrochara el cinturón, y al final del vuelo que por favor apagara el celular. Qué tipo más distraído”. Pía Meneses*, una de las aeromozas, corroboró la versión de la testigo, y añadió: “Incluso cuando nos disponíamos a aterrizar me tocó pedirle que subiera la mesita personal a pesar de que eso ya se había anunciado por el altavoz, pero lo más grave fue que no apagó el celular durante el vuelo y con eso nos puso en riesgo a todos**”. Mientras esperaba a que su maleta apareciera sobre la banda giratoria del aeropuerto de Rionegro, Aicardi declaró: “Qué vergüenza con las azafatas. Hace rato que no viajaba en avión, y para acabar de ajustar me puse a leer y no di pie con bola*.” (Informó: A-Pin)

*Nombre cambiado por petición de la fuente.
**La señal de radiofrecuencia de los teléfonos celulares puede alterar la lectura de los radares, aparatos de GPS y otros instrumentos de navegación de los aviones. Incluso hay quien asegura que una llamada a destiempo puede derribar un avión, pero se trata de versiones sin confirmar.
***“No dar pie con bola”: no acertar en nada.