Roberto Giraldo, dueño de la ‘Cafetería Carismática’ localizada en el barrio Prado Centro de Medellín, sincroniza los relojes que le obsequian sus proveedores. Según le contó a este Diario, cuando le regalan relojes para su colección lo primero que hace es “ajustarles la hora para que queden bien sincronizados”, y luego los cuelga de una de las paredes de su local. Roberto dijo además que es fanático de estos artículos: “Desde que vi el primer reloj que me mostró mi papá, me fascinaron”, y añadió que en su casa tiene cinco de pulso y que una cuñada suya tiene treinta. “Es como una cosa de los genes, mi hija, por ejemplo, colecciona peluches”, puntualizó. (Para A-Pin, informó Lena Mucha)
Lo más curioso es que ninguno de los relojes está sincronizado con los otros.
Que no sea que por rebuscar notas se publiquen notas sin sentido…
Saludos, Andrés.
Si mirás bien, verás que el de Kool y Pony Malta están a las 3:36. Los de Alpina y ValleFrut, a las 3:34. Y el de Lipton, sí está solitario en las 3:35. Así que es cierto que no están sincronizados, pero tampoco hay un desfase tan grande como para tocar el sinsentido. Al parecer, la sincronía es más una utopía con la que sueña don Roberto.
Gracias por la observación, y seguite pasando!
A mi también me gustan los relojes, lo que no sé es si mi afición tiene tiene los mismos puntos de encuentro que la de don Roberto, quien por demás, me parece un personaje encantador…especialmente, por el comentario alusivo a su hija; a propósito ¿cómo se llama la hija?.