Medellín, julio 22 de 2010.
Ayer en la tarde, el ingeniero agrónomo Daniel Camacho decidió no guaracerse cuando comenzó el fuerte aguacero que azotó el Valle de Aburrá. Alberto Restrepo, vecino de Camacho, cuenta que iba en su carro cerca de su casa, cuando vio a Daniel caminando bajo la lluvia y se acercó para ofrecerse a «arrimarlo»: «Él muy tranquilo me dio las gracias y me dijo que así estaba bien, que una vez al año no hacía daño». El propio Daniel, de 32 años, le contó a este diario que hacía rato no caminaba desde el trabajo hasta su casa, y que cuando empezó a llover se sintió fresco: «Me acuerdo que cuando estaba en la universidad nunca le huía a la lluvia, pero uno con el tiempo se va volviendo aburridor». Su madre, Luz Ángela Bernal, se mostró incrédula, y declaró molesta: «Eso de que se quiso mojar no se lo cree ni él. Algo raro tuvo que haber pasado para que haya llegado aquí escurriendo agua, pero como con él todo es un misterio vaya pues uno a saber». Daniel prefirió no contestar estas acusaciones. (Informó: A-Pin)
Hay gente que no lo comprende, el placer de sentir el calor surgir desde adentro, desde la ilusión… Esa es la tarea del frío. Me declaro un amante de caminar bajo la lluvia.
Excelente nota.
(Soy un ingrato… Pero vuelvo a estos aposentos de magnificos relatos… Hola.)
Sebástian Castro
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Goper
jajajja como dice Sebastian, hay gente que simplemente no lo entiende…
buena nota…saludos A-Pin.
Es curioso: este equipo editorial había coincidido hacía poco en que Reno La Rana y Goper tenían cosas en común: poca edad, muchas ideas, buena actitud. (Sólo falta Cianurito) Excelente leerlos juntos por acá, amigos! Y gracias por tener en buena estima a A-Pin!
Una vez al año no hace daño nada.
Que bueno todo aquel que disfruta caminar bajo la lluvia y salirse de lo siempre.
como diria cabral….y si llueve no me enojo por que no me encojo
Lo rico que es mojarse, caminar tranquilamente sin paraguas encartadores!
Excelente nota. Mil felicidades.
También tengo que volver a caminar bajo la lluvia. No solo limpia el cuerpo, sino también el alma y renueva los ánimos.
Mil éxitos