Veinte minutos permaneció este par de zapatos colegiales en una de las sillas de una popular heladería de Medellín, a la espera de que su dueño terminara de pasar el tiempo en el «jueguito» del mismo establecimiento. Mientras Jacobo, de 8 años y propietario del calzado, pasaba de un lado a otro por un tubo con deslizadero, Gloria Serna*, madre del pequeño, explicó que apenas llegaron al lugar, el niño «se quitó los zapatos y los dejó en el suelo», y continuó: «Los puse en la silla para verlos y me puse aquí a conversar». Esta reportera presenció el momento en el que doña Gloria llamó a Jacobo para partir y éste se acercó a la silla para calzarse, rápidamente, los zapatos número 30. (Informó A-Pin)
*Nombre cambiado.
Numero 30… Esos zapatos me transportan…
Y qué se tomaron los zapatos? Yo creo que un jugo de mora! y de qué estaban conversando? :S
Notese como los dos colegiales se toman de los cordones temerosos de que la bota de abajo que se arrastra por el suelo los busca despiadamente.