Medellín, agosto 9 de 2010

Mientras tomaba un café en la terraza de un restaurante de la Avenida La Playa, la estudiante de Derecho y Ciencias Políticas Adriana Molina estuvo a punto de llorar. La joven, de 19 años, asegura que el hecho la sorprendió, pues no es “del tipo de las hipersensibles que viven aguando el ojo por cualquier cosa”. Adriana relató que tras distraerse observando las caras de la gente que pasaba por la calle, empezó a pensar “en la pobreza, en sus orígenes, en los problemas de Colombia”, y le fue entrando “como un dolor en el pecho”. Según ella, el estudio intenso al que se vio obligada para superar la pasada temporada de exámenes la dejó “muy tocada”. “Sobre todo dos temas me movieron mucho el piso: el desplazamiento forzado y la historia de los movimientos sociales y políticos.” Tras dar un sorbo a un vaso de agua, añadió: “Lo que pasa es que vi una familia pobre pidiendo limosna, y el papá tenía una camiseta de… de cierto candidato a la presidencia, y pues casi se me salen las lágrimas. Aquí a la gente como que la obligan a resignarse a la pobreza y la injusticia”, declaró compungida. (Informó A-Pin)

Esta noticia fue publicada originalmente en el periódico Universo Centro.