Medellín, agosto 24 de 2010

Anoche, después de una cena familiar, Lucero Méndez, ama de casa de 45 años, sorprendió a su sobrino Pablo Buitrago, de 20, chupándose el dedo pulgar de su mano derecha. “Estaba ahí acostado en el sofá con el dedo metido en la boca y viendo televisión”, relató la mujer en voz baja, tratando en vano de no delatar a Buitrago delante de los demás parientes. Paula Botero, la siguiente en enterarse del hecho y prima de Pablo, declaró: “Ah, sí, yo lo he visto varias veces”, y agregó: “Cuando se queda dormido también se mete ese dedo a la boca, qué cochino parce*”. Por su parte, el joven universitario se limitó a decir que se trataba de una “mentira” y se negó de manera rotunda a mostrarle el pulgar implicado a esta reportera. “Ése era el dedo que se chupaba cuando estaba chiquito… pero no sabía que todavía tenía ese vicio”, aseguró sorprendido Germán Buitrago, su padre. Luego de que Pablo se encerrara en un cuarto, sus familiares se mostraron preocupados: “¿Cómo va a hacer cuando se case?”, se preguntó la tía Lucero, mientras que sus primos afirmaron: “Tiene que ser que le sabe muy bueno”.

*Parce: contracción de «parcero», locución al parecer militar que ha hecho carrera en el habla común y que significa amigo, compañero, coequipero.