Medellín, agosto 25 de 2010
Esta semana, cuando transitaba por una acera de la calle Moore, en el centro oriente de la ciudad, al abogado José Mosquera le pidieron ayudar a levantar tres cajas de bocadillos y panelitas del volco de una furgoneta, para ponerlas en el interior de un expendio de dulces. “Yo no conocía a las dos viejas que atendían el negocio ni al conductor del carro, pero me pidieron el favor y no tuve ningún problema en ayudar”, dijo el hombre de 35 años, quien según se pudo establecer recibió dos velitas de caramelo como agradecimiento. Edilma Vélez, administradora de Surtidulces, contó que el incidente le generó una discusión con su hermana: “A Gilma le chocó que yo le hubiera pedido al señor que nos ayudara, pero es que don Armando el chofer anda mal de la espalda y me dio pesar ponerlo a cargar pesos”, declaró. Por su parte, doña Gilma fue enfática en manifestar su desacuerdo: “Ese viejo es un perezoso y siempre es buscando disculpas para no hacer lo que le toca, y esta alcahueta le acolita todo. Y para colmo de males no le dio ni cinco de pena pedirle el favor a un señor de cachacho”, agregó, cruzada de brazos y mirando nerviosamente alrededor. (Informó: A-Pin)
*Esta noticia fue publicada originalmente en el periódico Universo Centro.
Ayuda es ayuda, venga de donde venga. Ya a muchos nos ha entrado la cultura de la no ayuda, y tal vez por eso es el malestar de Gilma, pero bueno, en las opiniones se crea la diversidad y en esas pequeñeces se crea el avance para el cambio.
Excelente, sobre todo las declaraciones. Hasta me imaginé a Doña Gilma.
Aunque este de cachaco, de pantaloneta… Por dos velitas de caramelo, tipico y exquisito manjar, vale la pena miles de cajas levantar…
Saludos