Bogotá, agosto 26 de 2010
Pasadas las 8 de la noche de ayer, la comunicadora social Angélica Parra no pudo abrir la puerta de su oficina cuando se disponía a recibir un domicilio. “La señora trataba y trataba, ya estaba como llorando y yo sólo me quería ir”, comentó Roberto Pérez, motorizado de Sandwich Cubano, quien tuvo a cargo el difícil caso. “Le tuve que decir al señor que se fuera, pero dejó la comida afuera y me dijo que se la pagara mañana», relató Angélica, sollozando. «A las tres horas, luego de haber intentado con las doce llaves que tiene la oficina, tuve que llamar a mi jefe porque ella es la que más sabe de esta puerta”, agregó. La jefe de Angélica, quien prefiere mantener su identidad en secreto, se vio obligada a salir en carro, con pantuflas y una visible expresión de sueño: “Angélica estaba muy angustiada, se notaba que había llorado y además le preocupaba mucho un gato negro que estaba rondando su comida», dijo la mujer, quien remató: «El lado positivo es que al menos ahora tendrá una noticia más para A-Pin”. (Para A-Pin, informó Ángela Bohórquez)
Jajajaja, qué noticia tan sui generis, parece ficción!
¿Por qué Angélica no le pagó al sr. pasándole los billetes por debajo de la puerta?
¿Si la comida estaba al otro lado, cómo hizo para ver al gato negro que la rondaba?
Rebuena la nota, sobretodo por el gato
una noticia de suspenso y desolación… gracias Angela!!
Muy bueno el dato del gato