Medellín, agosto 29 de 2010

Esta mañana en el barrio Guayabal, el señor Obdulio Gómez, desempleado de 43 años, se sorprendió al ver a una mujer arreglarse el pelo ante la poco reflectiva vidriera de la panadería Rico Pan. “Yo estaba saliendo a comprar unos panes pa’ cuñar unos huevos con hogao’ que me hice, cuando vi a esa muchacha esponjándose el copete al frente del vidrio de la panadería”, relató el hombre, de piel trigueña, delgado y carente de tres dientes incisivos. Algunos vecinos coincidieron con don Obdulio en que esta no es una escena recurrente en el lugar, pues el vidrio mencionado no cumple con las características mínimas de reflexión: “¡Quién se va a ver alguna cosa en ese vidrio todo transparente por Dios!”, exclamó uno de ellos. Este diario no logró hablar con la joven del copete, pues mientras se recogían estas informaciones la señora Margarita Porras, ama de casa vecina de la panadería, abordó a este reportero: “¡Usted para qué se pone a creerle las bobadas a ese viejo verde, ese lo que debe es ponerse a buscar oficio y dejar de molestar a las muchachas que pasan por ahí!”, declaró enfática. (Para A-Pin, informó Adrián Parada)