Medellín, septiembre 1 de 2010

Esta mañana, la señora Amanda Bernal hizo lo que su hijo Christian interpretó como un ritual de despedida antes de tirar a la basura su cuchillo preferido. “Me tocó regalarle cuchillos nuevos y rogarle para que botara ese pedazo de lata que ya ni tiene hoja de tanto que lo ha hecho amolar”, declaró el hombre, de 24 años, quien aseguró que llevaba seis meses pidiéndole a su madre que se deshiciera del útil. Por su parte, doña Amanda contó que el cuchillo, que no tiene marca, o si la tuvo fue borrada por los años, hizo parte de los regalos de un día de la madre que recuerda con especial cariño: “Eso fue hace como nueve o diez añitos, cuando Ramón todavía vivía. Me acuerdo que ese día me trajo serenata y todo”, relató con una sonrisa agridulce. Según contó Christian, quien le regaló un tendido completo de cuchillos Ginsu 3000, en el momento en que su madre por fin tomó la decisión de botarlo, “le dio como un abrazo, le echó la bendición, rezó como un poquito y ahí sí lo envolvió en periódico y lo puso en la caneca, casi lloro si quiere que le diga”, afirmó. (Informó: A-Pin)