Medellín, septiembre 12 de 2010
Esta mañana, Daniel Ramírez, de 15 años, hizo mover a una estatua humana que hasta ese momento permanecía inmóvil. “Estoy ayudando en una venta de libros y me mandaron de afán por unos afiches”, declaró el joven, quien explicó que estaba tratando de encontrar las bodegas donde los expositores de la Fiesta del Libro y la Cultura, que se desarrolla en el Jardín Botánico, guardan sus pertenencias: “No encontraba los tales ‘containers’ y la única persona que había cerquita era la estatua y me dio por preguntar en voz alta: ‘Ey ¿las bodegas?’, a ver si de pronto me decía algo”. Rubén Mora, un visitante que pasaba en ese momento, presenció cuando la estatua giró su cuerpo hacia la izquierda, levantó la mano derecha y señaló con el dedo índice el camino a las bodegas: “Primera vez que me toca ver cambiar de posición a una estatua humana, lo que no sabía era que antes el pelao’ le había preguntado algo”, afirmó. A-Pin intentó hablar con la estatua, un faraón egipcio, pero no fue posible porque ya tenía público a su alrededor; sin embargo, fue testigo de que continuó en esa última posición por un tiempo indefinido. (Informó A-Pin)
me parece muy bien que el valor y la gallardía de un pelado de quince años haga mover a uno de esos pelmazos que se ganan la vida tan mamey; yo estoy que saco a mi primo, de la casa, con cama y todo para que se desempeñe como estatua humana en la oriental, y por lo menos podamos recoger el platico con monedas que le dejen, en vez de recogerle el mugrero de la pieza.