Yarumal, Antioquia, septiembre 23 de 2010

Ayer, doña Marina Tamayo estuvo a punto de enloquecer cuando vio a Toby, el píncher de su vecina Nora Duque, entrar a su casa, levantar la pata en la pared de la sala y soltar un chorro de orín. “Dejé la puerta abierta después de trapear para que se secara rápido y se entró esa chanda”, afirmó, visiblemente alterada. Según ella, como aún estaba mojado sólo pudo espantar al perro con un grito. “Y lo que más rabia me da es que tuve que trapear otra vez”, agregó. Doña Nora, también visiblemente alterada, aseguró que la culpa era de Marina: «Si la puerta estuviera cerrada, obvio que Toby no habría entrado”, dijo, y le confesó a A-Pin que, por muy amigas que sean, no le perdona que se haya referido a su mascota como “chanda, pulguienta y sarnosa”. Enrique Sosa, tendero de la cuadra, se mostró preocupado, pues, según él, la semana pasada empezaron a organizar una merienda bailable para recoger fondos para los aguinaldos de los niños: «Ellas son las encargadas, pero quién sabe si después de esto haya merienda”, se lamentó. A-Pin no tuvo acceso a la versión de Toby: su dueña lo tiene castigado. (Para A-Pin, informó Koleia)

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