En el momento en que un camión fue a recoger un sanitario averiado en una casa vecina, Tomás, un labrador de siete años de edad, se asomó al balcón de manera reiterada para presenciar el hecho. «Es que al perro le encanta la calle y cualquier movimiento que siente se va para el balcón», declaró la encargada del animal, residente de un cuarto piso en un edificio del centrooccidente de Medellín. A-Pin fue testigo de que cada vez que los encargados de transportar el retrete ocasionaban ruidos, Tomás sacaba la cabeza por la ventana, daba una corta inspección y se volvía a entrar. Según se supo, al animal, que ya muestra síntomas de artritis canina, lo sacan a pasear dos veces al día: “Le tenemos mucho cariño y nos da mucho pesar porque le duelen las paticas”, agregó la mujer.  (Informó: A-Pin)