Cuando transitaba por la carrera 47 con calle Maracaibo, centro de Medellín, el vendedor ambulante Carlos Parra Morales se vio en la necesidad de amarrar la chaza a su coche de trabajo. «Desde que compré la chaza no tenía cargaderas», contó Parra, habitante del Hogar de Ancianos Gerocentro Salud. «Estaba como floja, es que hace veinte días no salía a trabajar por una gripa», agregó el hombre, quien tardó pocos minutos en sujetar ambos objetos. «Como la chaza no tiene las amarraderas de los lados, utilizo un cordoncito», concluyó Parra, mientras reforzaba un nudo para continuar sin problemas su recorrido. (Informó A-Pin)