Medellín, noviembre 24 de 2010

Anoche, Mauricio Vélez, motociclista al servicio de Presas Klario, se desplazó caminando hasta la residencia de Gladis Quintero para hacerle entrega de su pedido de medio pollo frito, una porción de papas cocidas y una malteada de chocolate. Vestido con un impermeable que lo cubría de pies a cabeza, Vélez le dijo a este diario que es la primera vez que entrega un domicilio tan cerca del restaurante: “Me demoraba más viniendo en la moto que a pie”, indicó. Por su parte, Gladis, quien vive en un quinto piso, señaló: “Cuando llegó, ese muchacho estaba como asfixiado, yo pensé que se había cansado subiendo las escalas”. Luego de guardar la propina adicional de mil pesos que le dio la mujer, Mauricio agregó: “Cuando la señora llamó a hacer el pedido estaba escampando, y como tenía el impermeable puesto salí de una. No me cayó sino una lloviznita ahí mientras llegaba”. A-Pin tuvo acceso a la bolsa plástica en la que fue transportado el domicilio y pudo comprobar que, en efecto, estaba levemente mojada. “Pero el pollo sí llegó caliente”, aseguró Gladis, segundos antes de proceder con la pechuga. (Informó A-Pin)