Jaqué, Panamá (A-Pin). El surfista Jorge Rodríguez, de 34 años, puso a secar una papaya al sol durante toda la tarde de ayer. “Como me la regalaron verde, tenía que ponerla a madurar. Si no, no me la podía comer”, afirmó el hombre. La papaya, de una libra y media de peso, estuvo a la vista de todos los jaqueños durante más de cuatro horas, sin que nadie se la robara a pesar de estar en la calle. “Yo sí había visto que las ponían a secar al sol, pero eso no es común en este pueblo porque casi no nos gusta comer papaya”, comentó Martiniano Lozano, tendero de ‘El Kiosco de Jaqué’. A-Pin notó que en el pueblo hay 34 papayos, en los cuales hay más de 150 frutas. “Apenas llegué vi que había papayas podridas en el piso, entonces le pregunté a una señora por qué las dejaban podrir y me dijo que la papaya no era bueno comérsela, ni licuada. Ella fue la que me regaló ésta”, relató Jorge. Según pudo establecer este diario, el surfista le hizo a la fruta seis cortes superficiales, a manera de líneas, y así logró que se madurara más rápido. “Me la comí por la noche y la pasé con dos vasos de agua”, concluyó Rodríguez. (Para A-Pin, informó Koleia)