Ciudad de Panamá, diciembre 2 de 2010

Esta tarde, el pintor chileno Cristo Allende recibió una inesperada llamada que lo hizo cambiar de planes: “La Daniela me avisó que venía para acá pero la casa estaba hecha un desastre. Tuve que apagar el televisor y correr a limpiar”, dijo. Según se supo, Daniela Mirando, antigua compañera de estudio con quien no se veía hacía seis años, no notó la limpieza del lugar ni sospechó del sudor de Allende: “Después del saludo no vi nada raro: ni orden ni desorden. El taller de un artista nunca está como una casa de porcelana, siempre hay materiales por ahí”, aseguró Daniela, emocionada con el reencuentro. A-Pin pudo comprobar que en el taller había torres de papeles viejos, cuadernos, pinturas, cajas de cartón y cuatro mesas grandes atiborradas. Lo único despejado era el sofá de la sala, el baño y el corredor. “Puede que no se note la limpieza, pero limpié. Es un problema esta casa cuando se va mi mujer”, explicó Allende, quien luego le enseñó a su amiga la foto de su novia. Minutos después, los dos pintores se sentaron en el sofá, sin inmutarse por el desorden que aún quedaba a la vista. (Para A-Pin, informó Koleia)

MÁS HISTORIAS, CRÓNICAS Y FOTOS DE NUESTRA AGENTE VIAJERA EN SU PÁGINA WEB: