Una intempestiva corriente de viento en el cementerio de Sakara, en El Cairo, Egipto, incomodó a dos perros que merodeaban el lugar, sobre todo a uno de ellos que inclinó la cabeza y cerró los ojos en un intento por evitar que la arena le afectara la vista. Agned Edbu, un guía turístico, afirmó que a este tipo de can le llaman «paisano»: «No tienen dueño, viven en la calle y se mantienen en el desierto». A-Pin conoció que los vientos suelen ser fuertes en esta zona del país durante el otoño, y afectan por igual la vista y el pelambre de hombres y animales. Según supo este diario más tarde, el otro perro, con manchas negras, no tuvo una reacción tan radical ante la pequeña tormenta de arena, pero también cerró los ojos. (Informó A-Pin)