Medellín.

Esta tarde, el señor Emanuel Correa, vendedor de artículos de ferretería que se desplazaba en su carro por la autopista Medellín-Bogotá, alcanzó a consumir cinco productos comestibles diferentes durante un embotellamiento que se presentó cerca del municipio de Bello. Correa, de 34 años, y quien volvía de entregar un pedido en una empresa metalúrgica, le contó a este diario que el hambre lo atacó cuando llevaba diez minutos sin avanzar menos de un kilómetro: “Y eso que almorcé tarde, pero como luego me puse a lavar el carro me cogió un filo** miedoso y tocó mecatiar**”. Aprovechando el oportunismo de los vendedores ambulantes que se presentaron en el sector, Correa dio cuenta, en su orden, de una bolsa de pandequesitos rellenos de bocadillo, un paquete de papitas naturales, un Bon Ice, una bolsita maní confitado y una Cola y Pola. “Es que fueron más de tres cuartos de hora en el taco*** y no avancé ni seis kilómetros”, explicó. A-Pin pudo establecer que el embotellamiento fue producido por los trabajos de ampliación de la vía en el tramo que va desde la glorieta de Soya hasta la Terminal de Transporte. (Informó A-Pin)

*Comida liviana que se toma en la tarde, horas después del almuerzo y horas antes de la cena.
**Hambre. Sensación punzante y filosa que se experimenta en el vientre ante la falta continuada de alimentos, y que lleva, como en estos casos, a «mecatiar», a consumir “mecato”, como se le llama vaya uno a saber por qué a las comidas ligeras, generalmente a base de carbohidratos, que se consiguen empacadas en cualquier tienda o supermercado.
***Aglomeración de automóviles ideada para poner a prueba los nervios de las gentes y afectar de manera progresiva la capacidad auditiva de inocentes.