Medellín, diciembre 17 de 2010

Este mediodía, en las instalaciones de una fábrica de galletas, la señora Mónica Rico, de 32 años, fue tildada de «beata» por dos de sus compañeras de trabajo después de que se negó rotundamente a acompañarlas a un centro comercial durante la hora del almuerzo. Consultada por este diario, una de las increpadoras relató cuál fue la respuesta de Mónica cuando le insistieron en que fuera de compras con ellas: “Nos dijo dizque ‘¡Es que no quiero ir, cómo será el gentío que hay allá hoy, y además para qué voy, si no necesito comprar nada!’”. Marta Gil, otra de las compañeras que también se declaró afectada por la decisión de Mónica,  manifestó: «¡Muy biata*, qué actitud tan poco decembrina, y nada raro que sea por pura tacañería porque no le hemos visto comprar nada en estos días!». Después de varias pesquisas, A-Pin por fin pudo hablar con la víctima de las acusaciones, quien sentenció: “La verdad no me importa que me digan beata. Mejor ser beata que irse a ver comprar a otras”, y se negó a dar más explicaciones sobre los motivos su decisión: “Espero que me sepan entender”, concluyó. (Para A-Pin, informó Marce Ruiz)

*Beata: con la actitud parca, austera, contenida y reacia a la diversión de ciertas religiosas.