Bogotá, enero 13 de 2011

En la tarde de ayer, la señorita Angélica Parra vivió un extraño incidente cuando el bus que planeaba abordar se detuvo enfrente suyo sin que ella hubiera lanzado siquiera una señal o grito. “Yo estaba pendiente para ver si la placa decía ‘Gran Estación’ y la de éste la leí tarde. ‘Ya me toca esperar el próximo’, pensé, pero se detuvo misteriosamente”, relató la sorprendida mujer a este diario, y puntualizó: “Nadie se bajó y no había carros adelante, así que el bus me estaba esperando a mí”. A-Pin conoció que Angélica se dirigió corriendo al automotor y al estar cerca de su lugar de destino, el bus nuevamente se detuvo en una esquina, “justo donde lo necesitaba”, indicó Parra. Un pasajero del vehículo comentó: “¡Eso son puros poderes mentales! Estos señores se conocen las expresiones de uno, no me parece nada raro”. Sin embargo, Angélica aún no salía de su asombro: “El conductor me miraba y sabía hacia dónde iba. No encuentro explicación razonable, excepto que lea mentes”, afirmó. El conductor del bus afiliado a la empresa Buses Verdes se negó a dar declaraciones. (Para A-Pin, informó Angela Bohórquez)