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Con el fin de impedir que un pato de juguete se saliera del local Niñolandia, ubicado en el centro de Medellín, el vendedor Elkin Henao decidió apoyarlo en un rollo de cinta transparente: «Lo que pasa es que el patico tiene un motor debajo que lo mueve para todos lados, entonces lo paro en la cinta para que se quede quieto y siga picotiando y cantando», declaró Henao, quien informó que el ave de juguete tiene un valor de diez mil pesos. «Un muñeco prendido llama más la atención», agregó otro de los vendedores del local, situado en el sector de El Hueco. A-Pin conoció que cuando los empleados de Niñolandia necesitan la cinta, apagan el pato: «Si uno lo deja funcionando, sale como loco hasta la calle», concluyó Henao. (Informó A-Pin)