México, D.F., enero 31 de 2011

Parrandas prolongadas de un grupo de colombianos durante varios fines de semana sacaron ayer de casillas a la enfermera argentina de 39 años Marcela Pifanetti, quien declaró: “Gritan mucho y hasta dicen hijo de puta”. Según conoció este diario, el insomnio causado por el ruido de las fiestas interminables ha llevado a Pifanetti, radicada en la Colonia Narvarte Poniente, a afirmar que los japoneses que viven allí son menos ruidosos que sus vecinos de América del Sur: “He hablado con los colombianos en varias ocasiones pero no me oyen. La última vez uno bastante bebido hasta me invitó a pasar a la fiesta”, agregó indignada la mujer. A-Pin intentó hablar con alguno de los colombianos, pero no atendieron nuestra solicitud: “Duermen todo el domingo”, apuntó el mejicano Ramón Torrado, habitante del edificio donde se presentaron los hechos. Pifanetti, un tanto desesperada, indicó que ante la inconformidad, la alternativa es mudarse lejos de esta vecindad para poder recuperar el sueño y el descanso tras largas horas de trabajo. “Espero volver a tener vecinos japoneses”, concluyó. (Para A-Pin, informó Sebastián Gómez)