Medellín (A-Pin). Ayer, alrededor de las 9:00 de la mañana, los policías bachilleres Edwin Berrío y Camilo Mesa* recibieron un llamado de atención por parte de un superior inmediato que los descubrió comiendo mandarina en ejercicio de sus obligaciones. “Yo estaba pelándola cuando pasó el patrullero Amaya y se nos dejó venir encima”, dijo Edwin, quien sólo alcanzó a comerse “tres pedacitos de cáscara”. Camilo, por su parte, manifestó que se comió “prácticamente toda la mandarina”: “Berrío que es bobo. Cuando Amaya arrimó a mí apenas me faltaban dos casquitos”, indicó. Ambos jóvenes, apostados en el cruce de la calle Colombia con carrera Palacé, precisaron que su superior les señaló la falta y los convocó a “respetar el uniforme”. “No podemos comer ni fumar ni decirles cosas a las peladas”, agregó Mesa, mientras que su compañero explicó: “Fue que un vendedor nos ofreció las mandarinas y cómo no se las recibíamos”. Según se estableció, los auxiliares, que fueron obligados a deshacerse de la fruta que les quedaba, procedieron a lavarse las manos en una cafetería del sector cuando el patrullero se alejó.

*Nombres cambiados por seguridad de las fuentes.