Medellín (A-Pin). Un hecho sin precedentes se registró anoche cuando el filólogo Eduardo Beyer, de 48 años, confundió el borde de una cobija con una posible trenza de su esposa, quien yacía dormida a su lado. “Ella estaba acostada bocabajo y quise acariciarle el pelo mientras veía televisión”, declaró Beyer. Los hechos ocurrieron en la habitación de la pareja, situada en el segundo piso de un dúplex en el barrio Conquistadores. “Simplemente llevé la mano a la cabeza de mi mujer y cuando miré estaba tocando la cobija”, agregó Eduardo. A-Pin conoció que el borde de la manta estaba compuesto por hebras finas entrelazadas y se diferenciaba notablemente del resto de la frazada. Por su parte, Carmen Becerra, de 40 años y esposa del afectado, afirmó: “Hace mucho tiempo no me hago trenzas, sobre todo desde la última vez que me motilé cortico”, dijo la mujer, quien tildó de “distraído” a su marido: “Espero que haya sido uno más de sus despistes y no una prueba de que somos tres*”, concluyó Carmen.

*Ser tres: dos que componen la pareja más un amante.