Medellín (A-Pin). Anoche, cuando Laura Sierra, de 18 años, se dirigía a un bar en el occidente de la ciudad entró por error a una sede de Narcóticos Anónimos, ubicada justo al lado del establecimiento donde se encontraría con su novio. “Estaba entretenida hablando por celular con Miguel que ya me estaba esperando en el bar junto con su mejor amigo que acababa de llegar de Alemania”, contó Sierra, estudiante de Comunicación audiovisual. Según su relato, Laura subió las escalas del lugar, todavía con el celular en la oreja, y se encontró con una escena “extraña”: “No había música, todo estaba iluminado y habían unas ocho personas en mesa redonda”, afirmó. Rosaura Jiménez, orientadora del grupo de Narcóticos Anónimos y quien le informó a Laura dónde se encontraba, declaró a A-Pin que recibió a la joven como “una afiliada más”: “Como vi que se frenó al entrar, le dije que no había nada que temer, que estábamos entre amigos. Y la invité a que cogiera una silla y se incorporara a la reunión”, manifestó. Según testigos, “ni bien había terminado Rosaura de decir eso cuando ya la pelada estaba bajando las escaleras”. (Informó Laureja)