Medellín (A-Pin). Anoche, el escritor Miguel Rivas le pidió a un amigo que lo acompañara hasta la estación Suramericana del Metro con el fin de no volver a enfrentarse con los policías que vigilan allí. «Ayer por la noche venía solo y no me dejaron entrar porque tenía los ojos rojos», declaró Rivas, quien admitió que se abstuvo de discutir con el agente que le prohibió el acceso: «Mejor cogí un taxi ahí delante de él, para que viera que no me causaba ningún problema». Edwin Vargas, amigo que departió con Miguel las últimas dos noches, informó que éste le pidió que lo acompañara «porque así se sentía seguro»: «Me contó que no lo habían dejado entrar y que era mejor llegar conversando con alguien porque así actuaba más orgánicamente y entraba sin problemas», afirmó Vargas, quien dijo sentirse «como llevando el niño a la guardería»: «Nos despedimos cuando ya había pasado el torniquete», agregó. A-Pin conoció que en caso de habérsele negado el ingreso al sistema de transporte, Rivas no hubiera tenido dinero para ir en taxi a su casa, ubicada en el municipio de Envigado.