Medellín (A-Pin) Ayer, Walter Cano, de 27 años, descubrió que en el periódico que leía, mientras esperaba el metro para ir a su trabajo, aparecía un tocayo suyo escrito con tilde y llegó a la conclusión de que a su nombre le faltaba ese signo. “Empecé a recordar ‘el trencito del sega’ con el que me enseñaron la acentuación ortográfica cuando estaba niño y ya en el vagón caí en la cuenta de que siempre me había faltado la tilde”, declaró compungido el hombre. Según contó Cano, la noticia lo impactó profundamente: “Darse cuenta de que uno no se llama como se llama confunde a cualquiera”, indicó. Isabel Barrera, compañera de trabajo de Walter, le dijo a A-Pin que en cuanto el afectado llegó a la oficina se dirigió inmediatamente al computador: “Ni saludó, dijo que tenía que buscar una cosa urgente en internet”. “Quedé intranquilo con eso durante todo el trayecto en el metro y apenas pude busqué páginas de nombres propios pero quedé más confundido porque en todas partes encontré cosas diferentes para cada uno”, relató el joven. Para Barrera, su compañero “está exagerando un poco”: “Ahora está diciendo que no sabe cómo presentarse ante los clientes”, señaló. (Informó Ciertascosas)