Buenos Aires (A-Pin). Ayer al mediodía, en la calle Salguero con avenida Libertador, el señor Pablo Javier Durso, de 47 años, usó el agua de reserva de su vehículo para limpiar la suela de una de las zapatillas de su hijo Santiago, de 13 años. Una vez bajaron del carro, este diario fue testigo de la forma como Durso sujetó cuidadosamente el zapato izquierdo y lo golpeó varias veces contra el borde de la acera, para luego mojarlo y refregarlo contra el pavimento. “Recién se subió Santi al auto empezó a oler asqueroso”, afirmó Romina Suárez, esposa de Pablo, quien de inmediato exigió a todos los pasajeros revisarse las suelas del calzado. “Era yo, qué asco, no recuerdo dónde pisé”, reconoció Santiago a un lado de la calle, apoyando su pie descalzo en la parte superior de su zapato derecho, mientras su padre terminaba de culminar la maniobra de limpieza. “¿Vos sabés lo difícil que es sacarle la mierda a esto lleno de huequitos?”, dijo Durso, mojando aún más la suela afectada, mientras su esposa y sus dos hijas esperaban dentro de la camioneta. “Nos amenazaron con darnos monedas para el colectivo*”, concluyó Pablo.

*Bus, autobús, bondi.