Medellín (APin). Después de que le entrara una llamada al celular, un joven escobita* se desentendió durante algunos minutos de parte de su herramienta de trabajo. El hecho se registró en el pasaje peatonal de la carrera 48 entre Ayacucho y Pichincha. Este diario constató que, mientras hablaba, el hombre permanecía inmóvil al igual que la caneca y su dotación de guantes. “Si de pronto es la novia y lo tiene en los elegidos ahí se quedan un rato”, dijo una vendedora de mangos. Tras esperar un rato, APin no consiguió hablar con el implicado.

*Escobita: de escoba. Así se llama cariñosamente a los operarios del aseo en las calles, quienes no desamparan su herramienta de trabajo ni de noche ni de día, aunque no pueden volar en ella.

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