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Era sábado
Mediodía caliente
Cuando un viento suave
Sometía a viajes sin destino
Partículas, polvo
Basuritas visibles e invisibles.
Protagonistas eran
Levantados y arrastrados
Pétalos, tallos y hojas
De rosas, margaritas
Claveles, astromelias
Girasoles.
*
Era en los alrededores de la Plaza de Flórez
En la cafetería Gregorio
Donde el propietario
Del negocio y del nombre
De apellido Mejía
Barría su andén con “La negrita”
Sostenida para el baile
Mano derecha arriba
En la parte más alta de la escoba
Mano izquierda
En una falsa cintura.
*
Era el vaivén de la fibra natural
Tratando de llevarse consigo
Persiguiendo
Sometiendo
Todos los restos florales
Y basuras
A su antojo
A la cuneta
“Para que los de la floristería de enseguida
Barran su parte
Y las recojan juntas en una caneca”
Dice Gregorio
Que domestica
Le enseña constancia
Al instrumento de barrer
“Uno tiene que saber
Para donde está el viento
Para no irse contra la corriente”.
*
“Nos gusta mucho el aseo”
Es lo que él dice
“Vea como mantiene el frente
Así es diario”
No lo traiciona
Hugo Espinosa, florista de al lado
Para cuyo concepto
Gregorio es
De las personas más aseadas que conoce.
*
La danza sigue
La escoba abierta
Por el centro
Despelucada
Por casi dos meses
De pasos y repasos
De ir y venir
Aliada y enfrentada
El viento y ella
Ella y el viento.
Sólo un respiro
Cuando el baile es adentro
Bajo techo:
Poca basura
Menos lucha
Y todo un piso menos carrasposo.
*
En seis minutos
Más o menos
Don Gregorio ha vencido
Barrió el andén
A pesar de la corriente
Resultado:
Tres metros por dos de andén limpio
Superficie de cemento gris sin restos.
Vuelve entonces la escoba junto al mostrador
Donde reposan luego un par de codos
La vista al frente
A la entrada
Sus ojos ven (o no)
Basuras y hojas
Que sobrevuelan
Pasan de largo
Otras se quedan
Una parada
Rozan el suelo
Coqueteando
Se dejan levantar del aire
Otra vez
Y se van.
*
Cierta espera
Llega el momento
En que su mano izquierda,
La de Gregorio,
Vuelve por ella
La bailarina negra
Que recostada
Esperó también.
*
“A la hora de cierre
Siete pe eme
Me toca a mí la barrida”,
Dalila Arteaga
Esposa
Y ríe, sin que sepamos si es cierto
Cuando dice:
“¿Yo? Soy enferma por barrer
De verdad, me gusta mucho”
Y admite
Ahí sí seria
Que don Gregorio barre muy bien
Aunque sólo la acera
Porque lo que es adentro
Es cosa de ella
(Que lo hace mejor
Que por supuesto
Que cómo lo iba a negar
Don Gregorio).
–
Por: Gloria E.
**
Medellín, marzo 8 de 2010. GloriaE
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Es quizá el mayor poema heróico de todos los tiempos. No hay Mio Cid que valga. Premio Nobel de literatura para Gloria E.!
Qué buen poema. Excelente, de verdad. Me gusta MUCHÍSIMO la idea de mezclar poesía y periodismo. Un poema informativo… qué idea brillante.
Agrock y goliadkin, muchas gracias por la buena energía, los halagos y la postulación jeje.
Saludos y bienvenidos siempre.
A-Pin