Ese domingo, como todos los domingos
Valentina González a cocinar se disponía
Escogería entre pastas, lentejas o garbanzos
“Poco creativas, pero muy alimenticias”
Dice ella para justificar su escasa habilidad en la cocina.

Sonaba Billie Holiday de música de fondo
Mientras la lata de garbanzos ella abría
Le agregaba zanahorias y verduras congeladas
Salchicha picaba y con pimienta sazonaba.

Mezclar y revolver era lo que hacía
Pero los garbanzos poco a poco en masa se convertían
“Parece un puré” dijo Valentina
“Hasta me da miedo probar esta comida
Esto no sabe a garbanzos y las verduras están crudas
¿Algún ingrediente se me habrá olvidado
O me equivocaría en algún paso?”

A repasar sus actos en la cocina se disponía
Para descubrir que una desgracia culinaria acontecería:
Cocinar las verduras congeladas, había olvidado
y realmente era una lata de alubias y no de garbanzos
“Mi receta se ha estropeado” dijo con los ojos encharcados
“Señor regálame un novio que cocinarme quiera” al cielo imploraría
Pero el cielo que no es bobo le respondería:
“No seas vaga hija mía y aliméntate tú misma”.

(Informó Carolina G.)