“En buen lugar se vino a quedar dormido”
Dijo, cuando cruzó la máquina registradora
La antepenúltima persona en abordar el colectivo
Una Mujer, que no llegaba a los 1.60 de estatura
Cabello corto y cuarenta años por la tez.
Fue la primera de dieciséis a bordo
Que lo dijo en voz alta:
“Uno borracho sí es muy horrible”
Y huyó hacia otro puesto
Atrás, lejos
Y no cerca del hombre
Gordo, joven, moreno
Chaqueta, jeans
Botas de cuero negro
Desparramado él
Sentado sobre su espalda
Y sus rodillas hundiéndose
Presionando el espaldar de adelante,
Abrazando apenas
Un morral oscuro, redondo
En la segunda silla a la entrada
Justo al lado del corredor
Bloqueando el acceso al asiento de la ventana.
*
El colectivo detenido
En el costado norte del Parque San Antonio
“Parque, avenida Guayabal, zoológico, las chimeneas…”
Recitaba el pregonero, anunciando la ruta hacia Itagüí
Ya sólo le quedaban dos puestos
Uno, ése
Al lado del lirón.
Lo relojes empezaban a marcar
Los segundos, los minutos
De un domingo nuevo
Y el conductor se disponía a comenzar
El primer viaje de ese día.
Ya estaba prendido el motor
Cuando…
“Hágale que todavía hay puesto”
Le decía el voceador
Al que sería el último pasajero en la partida
Un hombre con chuzo de carne en la mano izquierda
Vaso desechable en la derecha.
Que entonces le iba a tocar con el borracho
El tipo refunfuñó, sonrió
Con un trozo de comida en la boca,
Y aún así se subió
Empujó sin fuerza
Con su rodilla la del durmiente
Miró con esperanza
Hacia el fondo del vehículo
Y comprobó
Más sonriente aún
Que había otro puesto
Entre una robusta y un muchacho
En la banca de los músicos
“Mejor allá, que aquí de pronto
el borracho me vomita”.
Y en esa dirección caminó
Con las manos ocupadas
Hasta que el carro se movió.
*
Como un paseo fue el viaje
Todos atrás riendo
Del hombre que cabeceaba
Se mecía
Al ritmo de la máquina
Como perrito de taxi
Su barbilla rozando
El cuello sin doblar de la chaqueta
El bolso deslizándose
Lento
Por el pantalón desgastado.
“¡Y usted quería que me sentara allá!”
“Le quería hacer la maldad”
“¡No ve que estoy estrenando!
¿Y si se trasboca qué?”
“Era por solidaridad con el borracho,
para que no viajara solito”.
Y él
En una que otra sacudida
Volvía su espalda al espaldar
Sus manos con firmeza sobre el morral
Los ojos entreabiertos
Y vueltos a cerrar.
*
Cristina Urrego
Lo miraba
Parecía la única en dudar.
“Cuando yo me subí era el único pasajero,
estaba despierto
y no parecía tomado”
Pero seguro
Con tanta espera para arrancar
Se fue quedando dormido.
Un hombre cansado quizá
Un hombre injuriado tal vez
Un hombre adormecido
En todo caso
En un vehículo de transporte público
En la mala hora de la medianoche.
*
Medellín, mayo 19 de 2010. GloriaE.
Anónimo comentarista
me acusa de destructivo
cuando en realidad lo que castigo
es su falta de comprensión
Visito mucha esta página
aunque Anónimo diga que la «visto»
y lo hago porque admiro
la calidad de su redacción
Hola amiga, siquiera que el cuento era de un hombre y no de una mujer, porque te cuento aqui entre nos y unos cuantos, me sucede lo mismo y es inevitable cuando me monto a los buses de San Antonio de Prado, que paseo tan largo, sobre todo cuando hay los famosos tacos, y aquellos calorcitos que ultimamente nos acompañan en Medellín.
Me gusta tu cuento, me gusta como cuentas cuentos.
Un abrazo
Que cuento tan bonito! Pobre man, a esas horas que mas podria hacer sino dormir? al fin y al cabo ya se imaginaria que el paseo seria largo.
segun el informante,tal individuo se hacia el dormido para no pagar el pasaje
Seguramente se trata de un falso positivo en el que pretenden hacer pasar a este parroquiano como un borrachín, yo creo que el hombre se encontraba agotado por una jornada de trabajo muy fuerte y quien no se da el gusto de dormir un ratito en el bus en medio de tanto taco.
Falta investigación para determinar quien o quienes se pueden estar beneficiando con este caso ojo pregunten seguro hay un tapado bien grande.
yo hoy venia borracho en el bus tonces, de chaqueta, zapatos sucios, blue jean raro, camisa, pero venia en el puesto de la ventanilla, en el segundo hacia atras de la linea izkierda