Medellín, octubre 5 de 2010

Anoche, en un bus de la ruta Circular Coonatra que viajaba lleno, el señor Mauricio Henao, quien iba sentado junto al corredor central, no logró establecer si una mujer que se paró al lado suyo estaba embarazada o tenía un abdomen prominente. “Mi primer impulso fue pararme, pero cuando la miré bien me entró la duda porque no tenía cara de embarazada”, declaró Henao, estudiante de Contaduría. Según él, tiene la costumbre de ceder el puesto a los ancianos y mujeres embarazadas: “Pero jamás a los gordos ni a las mujeres jóvenes, salvo que sean demasiado bonitas”, agregó. Henao, quien viajaba solo, afirma que descartó consultar la opinión de sus vecinos de puesto para precisar la condición de la mujer: “Tenía unos veintiocho años, era un poquito cachetona y estaba vestida con una blusa toda holgada que le hacía ver la barriga redondita, pero le faltaba brillo en la cara, como esa lozanía de las embarazadas”, dijo. El hombre contó que para no ofender a la mujer en caso de que no estuviera grávida, decidió pensar en otras cosas y seguir su viaje “en paz”. (Informó: A-Pin)