Una peluquería sin aviso y sin nombre
Al centro occidente de Medellín
Cerca de la Cuarta Brigada.
Antes era un garaje de paredes claras
Ahora domadas por el azul.
*
Dos sillas giratorias, un espejo
Largo y rectangular
Secadores, tijeras y cepillos
Eran parte del alma del lugar.
*
Ocho extensiones de pelo amarillo
Amarradas con un nudo fino en las puntas
Recibían la fuerza del sol
De las doce del día
Acomodados, medio enfilados
Encima de una toallita blanca
Sobre un pequeño muro
Cerca del jardín.
*
Mientras Marcela
Cepillaba a una cliente
Y otra muchacha más jovencita
Hablaba por celular
Los mechones se secaban ahí
Rodeados de matas.
“Esta mujer tiene que salir hermosa de aquí”.
Y esa mujer sentada
Envuelta en una capa
Miraba inmóvil por el espejo
“Apenas los pusimos a secar”
Sin entender muy bien
Por qué estaba interesado yo.
*
“Se lavan con champú para cabello delicado, normal”
Dijo Marcela sobre los mechones
Colitas largas de caballos miniatura
Mechones amarillos, rubios
¿Producto del agua oxigenada?
No pregunté.
*
“Adentro hay más extensiones”
“De otros tonos y tamaños”
Pero mi fijación era por los otros
Los rubios claros
Húmedos sobre el toallín
Esos mismos que la mujer sentada
Después de cepillada
Volverá a lucir.
*
Medellín, octubre 5 de 2010. Rule. Poema Informativo.
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Que mejor que secar las cosas al sol? natural, ecologicamente correcto y gratis. Este poema me hizo pensar en que extraño secar mi ropa al sol…
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