Hubo una vez un hombre de unos 60 años de edad que salió de caminada una tarde gris pero sin amenaza de lluvia. Adolfo Llano se llamaba y en el barrio La Mota vivía. Vestía camisa de manga corta, pantalón con prenses y zapatos de cuero negro. En el paseo lo acompañaba Jacobo, su hijo universitario, y juntos recorrieron varias cuadras hablando de la familia, de fútbol y de uno que otro político.
Todo transcurría sin contratiempos hasta que don Adolfo se dio cuenta de que estaban bordeando un lote sin construir, del cual sobresalían arbustos y maleza. Entonces, entre las ramas y hojas, a Adolfo le pareció descubrir una planta dormilona, de esas que se cierran en cuanto se les toca y que los científicos llaman ‘mimosa púdica’. El hombre le acercó una mano para dormirla, pero no se movió. Exactamente igual a aquellas, dijo que era, mientras le señalaba a su hijo otra que sí podía ser.
En adelante, Adolfo se dedicó a tocar con manos y pies todas aquellas ramas que se le parecían a la dormilona, o vergonzosa como también le dicen. El fracaso lo motivaba a seguir buscando, a seguir tocando. Entusiasmado también, Jacobo le ayudaba mostrándole otras para que tocara. Pero nada. Todas las plantas permanecían iguales, no se cerraban, no se recogían como la dormilona. Entonces, el señor Llano trataba de explicar que las hojas eran casi idénticas, que sólo tal vez un poquito más redondas.
En esas siguieron varios metros más, hasta llegar casi al final del lote. Allí, con un gesto de desazón, don Adolfo desistió de tocar el último arbusto después de mirarlo de cerca como a todos los anteriores. Tampoco es, sentenció. Y se alejó recordando que en las caminatas por su pueblo encontraba dormilonas por montones, que se cerraban solas al llegar la noche, y de día sólo si uno las rozaba.
HERMOSO!!!!!!!!!!!!!
MI HIJA DE 7 AÑOS Y YO HACEMOS LO MISMO CUANDO VAMOS DE CAMINADA, O POR AHI, A ELLA LE ENCANTA, Y SE DIVIERTE HACIENDO DORMIR LAS PLANTAS.
ELLAS EXISTEN… ME CONSTA…
Los descubri el jueves 2 de diciembre en vivamos la noche, y sinceramente, son fantasticos. gracias por escribir de una manera diferente
Esta exelente su pagina sigan asi cultivando historias y motivos para leer e indagar en su pagina. FELICITCIONES!
Expongo, en calidad de extranjera residente de Medellín, que hasta hace unos días dí por cierta mi creencia de que las matitas dormilonas eran un fenómeno que sólo se daba en mis lejanas tierras natales. Fue cuando en una expedición por mi futuro alma mater, la Unal, cuando me pareció ver, mientras caminaba con mi hermano, lo que al parecer era un cultivo de esta planta. Allá las hay por montones. Me gustaría que de alguna forma el señor Adolfo se enterara, para que goze y duerma matas.
Tal vez la misteriosa extinción de la mimosa púdica no sea tal, tal vez no este extinta simplemente ha mutado, evolucionado con el tiempo. Tantos siglos de niños humanos que las han buscado para tocarlas y ver extasiados como se cierran han conseguido que ellas hayan perdido el pudor y ya sin rubor alguno, sin que la clorofila inunde sus capilares y se tornen mas verdes de vergüenza, están dispuestas a ser tocadas y reciben cada roce con eufórico desparpajo abriendo mas sus hojas, dispuestas a recepcionar cada caricia y guardar en su cloroplasto el recuerdo de cada roce. Los botánicos deberán discutir ahora si cambiar le el nombre ha Mimosa desvergonzada…
Esa matica siempre me engaña…en efecto las hojas son más redondas. Pero es más verde, y no tiene espinas ni flores como la dormilona…abundan, pero no reemplazan. Simplemente son semejantes.
yo estaba haciendo exactamento lo mismo esta semana, y las encontré! fui feliz ^^
Hermoso!