El Cairo, Egipto, diciembre 15 de 2010

El comerciante bogotano Jaime Aristizábal tomó ayer el secador utilizado por los empleados de un almacén de papiros para sacarle la arena a su cámara fotográfica. El hecho ocurrió en una de las tantas tiendas locales llamadas ‘Museo Egipcio del Papiro’, a donde el turista fue a conocer el procedimiento de elaboración de este papel*. “Vinimos después de visitar las pirámides, donde hizo un viento tenaz y nos llenamos de arena hasta las orejas”, relató Aristizábal, luego de pasar el secador por el lente, los puertos y el cubículo para las baterías de su cámara. Johana Amariles fue testigo del momento en que su esposo se acercó a uno de los mostradores: “Pensé que no más iba a mirar el secador… ¡Pero como todo lo tiene que coger!”, declaró. A-Pin conoció que el aparato de aire caliente es usado en la tienda para secar los papiros. “Algunos los conservamos enrollados en un tubo, y cuando los sacamos están un poco húmedos”, explicó Ebrahim Behidish. Aristizábal aseguró que el secador “resultó efectivo”: “Antes no me estaba dejando cerrar el lente, pero ahora con la rociada quedó bien, lista para que le quepa más arena en otra salidita”, concluyó. (Informó A-Pin)

*Según explicaron allí, el papiro se hace dejando los tallos de esta planta seis días en agua y luego las lonjas sacadas del tallo otros seis días.