Doña Magdalena encontró una entre su porción de salchipapas

Alejandro el peluquero las ha visto salir de su bolsa de peinillas

A Ana María la saludan al abrir las puertas de su clóset

Y Gloria Elena se las topa por decenas al trapear el piso de la iglesia

*

De noche convierten en mantel de pecas la fachada del alcalde

Y si hay fiesta se unen al baile bajo los lamparones del parque

Se lanzan en manada a cuanta piscina de luz se les disponga

Y van a morir en tropel contra el cristal ardiente en reflectores de 500 vatios

*

Es una locura de polillas que se ha tomado a Abejorral

Amarillas con manchas negras o negras con manchas amarillas

*

Que «llegaron en septiembre» o que «se les vio hace ya dos años»

Lo cierto es que están vivas y están muertas y están en todo el pueblo

*

“Al principio uno decía “¡Ay, qué pesar de las polillas!

Pero ya se volvieron que nadie las aguanta

Y las pisan, las espantan, les echan chorros de agua”

Asegura una mujer acomodada en un sofá

*

“Se me meten entre las cobijas y amanecen aplastadas”

Asegura don Evelio que propone “fumigalas’

Y el lustrabotas que le limpia los zapatos

Afirma que han brotado de entre la lengua del calzado

*

La directora de la UMATA cuenta que las mata

“Piso todas las que encuentro”, asegura sin rubor

“Porque una es muy bonita pero tantas ya son plaga”

Y jura que hasta el padre Néstor ya está más que consternado

*

“Sólo comen hojas nuevas y devoran los cogollos

Y los faroles del atrio están poseídos por los huevos”

Diminutos huevos verdes que son miles o millones

Y hacen temer una invasión de orugas que no deje dos frijoles

*

En un laboratorio de la Universidad de Antioquia

Ya reposan en un frasco varios ejemplares

Para ver qué son, con qué se comen, qué se puede hacer con ellas

O si son sólo angelitos que merecen ser santificados

*

Mientras tanto en el Bar La Mascota mueren por montones

Y cada mañana y cada tarde van a dar a las bolsas de basura

Y a pesar de que William tras la barra asegure que son “muy activas y bonitas”

Comparten la última morada con colillas y papeles arrugados

*

Nada las salva de morir hasta en las puertas de la iglesia

Donde contra el enorme marco de madera hay una polilla madre

Aplastada como con una aplanadora

Sus pequeños huevos verdes expulsados afuera de la panza

Y la eterna quietud de cosa muerta

Que tantos cristianos les desean

***

Este Poema Informativo fue publicado originalmente en la Segunda Edición de la Revista Abejorral, de enero de 2011 (Sí. La fecha que usted ve en la portada aquí debajo no es más que un simple error de 365 días…):

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