Él dice que camina a paso largo
Don Jorge Enrique Aguirre Salgado
Siete años vendiendo chucherías en San Juan
Con la setenta
Mes y medio atrás
Una aparición súbita
Recostado en un muro, un asiento
Donde puso las nalgas forradas
Tal vez
Alguna empleada vestida de traje
“Fue de un momento a otro”
“Iba a comprar cosas para el carrito”

Es un asiento negro o la simple base
De una silla despedazada
Cuadrado adorna la esquina de una matera gigante
Donde Jorge reposa
Bon bon bunes, chitos, mecato
Cigarrillos
El plante de don señor
Vestido de blanco como una paloma hasta la gorra
Agua limonada jugo de naranja
“Me lo han querido robar”
Antes ya había perdido un tesoro parecido
Una señora
“Me lo quitó que porque era de ella”

Y como que también le llevan ganas
Al nuevo asiento de don Jorge
Abullonado, cómodo para pasar el día sentado
Descansar la espalda
Respirando humo de bus y viendo pasar muchachitas
de la Pontificia Bolivariana
Recoge una candela del piso el hombre
Atiende una mujer con sombrilla y ganas de chicle
Que le pregunta algo
Despacha dos jugos
Y mientras todo esto ocurre
En sus ojos y reojos siempre estuvo el vigilado
Cojín.

La noche en pleno se ve en la mirada de don Jorge
Mete el asiento por uno de los lados del carrito
Detrás de las cabuyas
La joya tapada con un plástico
Ajustada con un pedazo de cartón
“Le echo buen ojito
pa’ que no se me lo lleven”
Me había dicho días atrás
En una tarde lluviosa
Y ayer lo vi, nocturno, antes de partir
Empujaba su carro con fuerza y lo soltaba
Sonaban sus rueditas yendo hacia casa
Rodando el carro solo unos instantes.

*

La joya, ahí, esperando un descanso de su dueño.