TRES MONJAS SALESIANAS OBSERVAN LAS PRÁCTICAS DE GIMNASIANINGÚN

El pasado sábado, tres religiosas de la comunidad de las salesianas recorrieron parte de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, que fue renovada para atender los Juegos Suramericanos Medellín 2010.

NINGÚN OBSTÁCULO LAS HIZO DESISTIR DE DISFRUTAR LOS ENTRENAMIENTOS

Las hermanas Aura, Rosa y Gabriela no tenían mucho tiempo para recorrer los escenarios deportivos y tuvieron que ver los deportes a través de las paredes exteriores de los coliseos, en realidad biombos con orificios en forma de hojas y figuras irregulares. Como no se querían dejar vencer por los obstáculos visuales, levantaron con resolución una pancarta que identificaba el coliseo de gimnasia para poder establecer contacto visual con su objetivo.

LA HERMANA GABRIELA GOZÓ CON LA ELASTICIDAD DE LAS GIMNASTAS

Como una niña gozó la hermana Gabriela. Sin separar sus ojos de la malla, sonreía y hacía gestos de sorpresa con los movimientos de gimnasia artística que ejecutaban las integrantes de una delegación que ensayaba su rutina deportiva.

DESPUÉS DE LA GIMNASIA INTENTARON BUSCAR PROGRAMA, SIN ÉXITO
Después de presenciar los entrenamientos de gimnasia, las tres hermanas revisaron la programación impresa de los Juegos pero el tiempo no les alcanzaba para asistir a las competencias de combate, las únicas que a esa hora se llevaban a cabo en este complejo deportivo. Gracias a la amabilidad de un barrendero, pudieron hacerse a un par de abanicos publicitarios que acababan de ser desechados.

SUBIDAS EN UN MURITO, PRESENCIARON UNA COREOGRAFÍA

En las afuera del coliseo Iván de Bedut se encontraron con una exhibición coreográfica organizada por una empresa de telecomunicaciones. Para superar visualmente las cabezas de los curiosos reunidos en torno a los bailarines se subieron ágilmente en el murito de una jardinera ubicada a pocos metros del show, desde donde comentaron las incidencias del espectáculo.

TRES NADADORAS URUGUAYAS LAS SORPRENDIERON A SU PASO

Cuando transitaban junto a la instalaciones de la piscina olímpica, las tres hermanas fueron superadas por tres nadadoras de nacionalidad uruguaya. Las observaron de pies a cabeza y luego se miraron, sonrientes.

DESPUÉS DE UN BREVE PERIPLO, DE REGRESO DONDE SUS COMPAÑERAS

No era su objetivo ingresar al estadio Atanasio Girardot. Simplemente el famoso «Coqueto» se atravesaba en su ruta, de camino al encuentro de sus compañeras de comunidad, que las esperaban en los parqueaderos. «Muy bonito todo, quedamos muy contentas, pasamos muy rico»; fueron sus breves palabras antes de que el conductor del vehículo encendiera el motor para devolverlas a la paz de su retiro.