Octavio de Jesús Botero Cardona, conocido desde chiquito como Fabio, y Ana Delia López, a quien todos llaman Nena, decidieron finalmente casarse luego de más de treinta años de vivir juntos. La pareja, que reside en el corregimiento El Guaico, municipio de Abejorral, Antioquia, tuvo una boda sobria y animada que contó con la presencia de familiares y amigos suyos, y que fue organizada y patrocinada por su única hija Sol Yamile.

1
Minutos antes de ingresar a la iglesia de La Cruz, en el municipio de La Ceja, y mientras hacía tiempo para que llegara la novia, don Octavio, con su traje alquilado, se tomó un par de tintos en la cafetería contigua. “Le ofrecieron aguardiente pero él muy juicioso dijo que no porque iba a comulgar”, contó María Elena Zuleta, invitada al evento.

*

2
A pesar de que Sol Yamile había contactado con varios días de anticipación al propietario de un auto plateado para que llevara la novia hasta el atrio de la iglesia, éste nunca se presentó. El hecho motivó la búsqueda de un taxi de la localidad, donde estos vehículos son blancos. “Ella dijo que se iba a hacer esperar y se hizo esperar doble, porque tocó arreglar ese taxi a última hora”, afirmó una amiga de la novia.

*

3
Aunque varios asistentes le habían dicho que esperara a la novia cerca al altar, ni don Octavio ni su hermana Rosa, quien lo entregó, se aguantaron las ganas de ir a su encuentro, por lo que la entrega se produjo en mitad del templo. “A mi mamá la entregó el tío Francisco, que fue el que cantó todo duro durante la misa, le encanta hacerse notar”, declaró después Yamile. De doña Rosa se supo que es conocida en la familia como “la internacional”, debido a que hace unos años vivió con su esposo en Estados Unidos.

*

4
En vista de que los pajecitos se mostraron indecisos sobre dónde hacerse al llegar ante el altar, un acólito se apresuró a llevar dos sillas plásticas más para que pudieran permanecer al lado de los novios. A-Pin fue testigo de que los dos niños fueron los más fieles acompañantes de la pareja durante toda la misa y que sostuvieron los respectivos arreglos incluso en el festejo posterior, hasta que un invitado les dijo que ya podían soltarlos.

*

5
Avanzada la eucaristía, dirigida por el párroco de La Cruz Jhon Fredy Córdoba, hizo su aparición una religiosa que permaneció de pie varios minutos y luego se sentó en la última banca de la iglesia. “Tampoco estuvo hasta el final”, apuntó alguien que la vio salir en el momento de la comunión.

*

ASISTA A CONTINUACIÓN AL MOMENTO EN QUE ANA ELIA Y OCTAVIO SON DECLARADOS MARIDO Y MUJER:

gafas
“Hora de ponerse los ojos”, dijo Sol, mientras sacaba los lentes de sus padres para que firmaran el acta de matrimonio junto con los testigos. Ana Delia se puso los suyos y procedió. A Octavio se los puso su hija, durante los largos segundos que tardó la nueva esposa en poner su rúbrica en el documento.

*

7. asegurando adorno por si yugo no cae en suerte
Doña Fabiola Salazar salió de la iglesia con uno de los arreglos puestos en las bancas. “Por si no alcanzo a coger el yugo… Me lo llevo de recuerdo porque está muy bonito”, dijo.

*

ya cogieron el yugo y ella sigue mirando pa' arriba
Aproximadamente una docena de mujeres se ubicaron a espaldas de Ana Delia para atajar el yugo. Sin embargo, cuando lo tiró sólo tres de ellas se lanzaron por él. La señora de traje verde a la derecha todavía miraba hacia arriba cuando otra ya tenía el yugo en sus manos. “Fue que ella también tiró al mismo tiempo uno de los arreglos florales que había en la iglesia”, declaró un testigo que señaló el arreglo que pasó desapercibido en el piso. Este diario pudo comprobar que la mujer que se ganó el yugo se lo entregó a su hija, casada ya y madre de un niño.

*

fotógrafo enseña enlazado de brazos para el brindis
Ya en el salón de reuniones, donde se sirvió el almuerzo, Wilson, fotógrafo contratado para registrar el evento, le explicó a la pareja de recién casados la técnica de enlazar los brazos para realizar el brindis. Pero tras varios intentos fallidos ‘Fabio’ y ‘Nena’ renunciaron a hacerlo y brindaron sencillamente con sus copas servidas con ponche de fresa.